Existe una frase a modo de humor que escuchamos con frecuencia: “Las rizadas quieren ser lisas y las lisas rizadas” que demuestra una inconformidad muy común que presentamos las mujeres cuando se trata de la textura de nuestro cabello.
Pero ¿Por qué buscamos cambiarlo en lugar de aprender a quererlo como es?
Hoy en BBK estudiaremos de donde proviene esta frase acerca de la naturaleza del cabello que nos afecta a todas por igual y como podemos hacer para empezar a amarlo en su forma original.
“La mujer ideal luce de cierta manera” o eso es lo que quieren que pienses
En Venezuela existen cánones estéticos muy marcados que se ven fuertemente influenciados por la cultura de los concursos de belleza que son tan populares.
La idea de la mujer alta, delgada, pero con curvas y de cabello largo, voluminoso y con suaves ondas se convirtió en lo que todas crecimos queriendo alcanzar.
Pero es simplemente imposible de lograr, porque la genética y el estilo de vida de cada persona es diferente, dando como resultado una amplia variedad de cuerpos, cabellos y rasgos físicos; todos hermosos a su manera pero que no entran dentro del concepto de lo que se considera “bello”.
Entonces se crea este sentido de inconformidad que es transmitido de generación en generación, a partir de la frustración por vernos como las mujeres que admiramos y que modelan en un escenario cada año en la televisión.
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“El liso es aburrido” pero “Los rizos se ven desprolijos”
¿Recuerdas tus años de adolescencia donde buscabas de cualquier forma rizar tu cabello liso?
Con rollos, pinzas, secadores, grandes cepillos, bastones flexibles y muchos métodos más que lograban su cometido por algunas horas, pero que al finalizar el día los rizos soñados se habían perdido y el liso indeseado había regresado.
Por otro lado, si eres rizada fácilmente recuerdas envolver tu cabello alrededor de tu cabeza con “la vuelta”, usando cepillos y planchas calientes cada fin de semana, aspirando poder llegar el día lunes al liceo con un cabello que se pudiese peinar y que se viera “presentable”.
¿Imaginas todas las horas, recursos y frustraciones que te pudiste haber ahorrado si nos hubiesen enseñado a cuidar nuestro cabello para que luciera hermosos de forma natural?
¿Cómo puedo empezar a quererlo tal y como es?
El trabajo inicia desde adentro, aceptando que la belleza no es algo que solo un tipo de cuerpo o cabello posea.
Comienza por pararte frente a un espejo y en lugar de enumerar todo aquello que te gustaría cambiar, comienza a contar todo aquello que te gusta en ti misma y que fácilmente puedes observar.
Luego comienza el proceso de recuperar la salud de tu cabello para convertirlo en su mejor versión, atendiendo sus necesidades únicas.
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Recuerda que la idea no es que luzca como las fotos que observas en redes sociales, si no que este saludable y hermoso en su manera particular.